De Motu Rerum tiene la virtud de ser un texto inclasificable. A la manera de una partitura polifónica, de un contrapunto a varias voces, de un relato de juglares que se urde en el fragor de los mercados y las tabernas, de un canto de amor trovadoresco o el romance que cuenta las perplejidades del encuentro de un malabarista, un músico y un maestro de alquimia, nos atrae a una atmósfera en donde se confunden la novela y la disquisición, el poema y el relato, el diálogo ejemplar y la acción.
Guillermo Martínez González
No hay comentarios:
Publicar un comentario